Pablo y sus artículos periodísticos

Cocinero, cocinero Diario SUR
03/04/2017

Chef a lo mejor viene de chof, el ruido que hacen los huevos al caer. Dani García ha reunido en Marbella a casi veinte de los más importantes chefs. Ostras, todos hombres. En las cocinas, lo habitual es que las mujeres se afanen por que la familia se alimente; los hombres por lucirse. Si hay que cocinar se cocina, pero si tiene premio. La burbuja de la cocina podría explotar, blof, demostrando que a veces es un bluff, pero no tiene por qué. Con este bum estamos aprendiendo por fin qué son las proteínas, los hidratos y las grasas, cómo mezclarlos adecuadamente, a valorar los productos frescos, de temporada, locales, los riesgos de la grasa saturada, de la mala leche (esto es un ejemplo de gracia saturada). Los que aún no tienen la vista cansada buscan entre los ingredientes de sus galletas favoritas si tienen aceite de palma, que claro que tienen, y ahora qué haces ¿te las compras de todas formas? Uf, al menos vamos sabiendo lo que comemos.
A veces Dios interviene y castiga a quien cultiva palmas aceiteras, el Dios bíblico, que no siempre entiende de medidas, y que Dios me perdone. Akbar, perteneciente a una familia indonesia que cultiva estas palmas desapareció el domingo y cuando sus parientes encontraron a una enorme serpiente pitón con la barriga hinchada sospecharon. Serpiente rellena de Akbar sobre un fondo de aceite de palma. Se lo zampó entero. Indonesia es el país del mundo con más musulmanes, aunque ahora cuenta con uno menos.
Pero que no se tome esto como un alegato contra los alegator y serpientes de Indonesia, donde casi nunca se comen a nadie. Yo no quiero morir, pero prefiero ser devorado por una serpiente en Indonesia (si me come mientras duermo y no sufro) antes que atropellado en la avenida Barceló, lo cual es mucho más probable. Aunque no estaría para escuchar los comentarios. A veces es mejor. “Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto” es el título de una fabulosa película de Agustín Díaz Yanes. De las cocineras no se habla ni cuando están vivas. Después sí que decimos que la tortilla de mi madre es la mejor del mundo, confundiéndolo con quiero mucho a mi madre pero entonces por qué la dejábamos en la cocina, pelando patatas, cortándolas, rompiendo huevos (chof), sin ayudarla, protestando si estaba fría o caliente o salada o sosa pero con el premio lejano de recordarla como la que hacía las tortillas mejores, como mi pueblo, que es el más bonito, dónde va a ir a parar.
A veces el Dios del Antiguo Testamento interviene y castiga al que no es, como en el caso del aceite de colza, del que se cumplen ahora treinta tristes y desmemoriados años. Treinta años y cinco mil muertos. De los treinta y tantos empresarios juzgados, sólo trece fueron condenados y únicamente dos entraron en prisión. El aceite de colza está entre los ingredientes de nuestro pasado. Las víctimas no sabían lo que comían, porque las engañaron. A nosotros nos engañan con eso de que los cocineros son los hombres.
http://www.diariosur.es/opinion/201704/01/cocinero-cocinero-20170401015951-v.html
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