Pablo y sus artículos periodísticos
La noria particular
Diario Sur
LA NORIA PARTICULAR
Uf, ya pasó el gran debate. Medio milloncejo gastado, veinte mil euros de catering (¿no podían haber venido cenadas sus señorías?), media España pendiente. Millones de espectadores, como en un Madrid-Barça. Como en los programas de La Noria, supurando porquería y hasta los políticos acababan en su plató porque para ser mirados había que ir adonde la gente mira. Pasó el debate y vamos volviendo a la normalidad, a este frío inicial, a esta eterna Semana Santa 2011. Un movimiento de empresarios indignados ha dejado de pagar publicidad en La Noria, estupendo, pero por qué ahora, ese ejercicio publicitario de quitar la publicidad, dejar al programa a solas con su palo hurgando en la caca de la vaca. A solas con el palo y con los millones de espectadores, nosotros que aplaudimos la medida de retirar la publicidad pero que no cambiamos de canal. Se agradece que a veces lo sucio deje de cotizar al alza. Pasó el debate y el que ganó sabemos que fue Campo Vidal, alcanzando su hora de gloria de cada cuatro años, su también eterno bigote en nuestros salones, y nosotros ávidos de noticias positivas.
Las páginas deportivas de anteayer destacaron, más que las goleadas y las victorias, la calidad de juego de un partido que terminó en empate (no, no fue el del Málaga). Debajo de la crónica de ese Athletic-Barça, esquinada, había otra noticia que yo habría trasladado a portada: La campaña Juego Limpio en el baloncesto base malagueño. La Delegación Provincial de la Federación Andaluza de Baloncesto ha puesto en funcionamiento la campaña. Al final de la temporada, uno de los trofeos principales será el concedido a la deportividad. Portarse bien puntúa. Jugar bien acapara portadas independientemente del resultado. No siempre gana el que gana. Un niño, una niña, cae en el campo y del equipo contrario se acercan a preguntar. Un grupo de padres aplaude una jugada del equipo contrario. Una entrada peligrosa de un jugador provoca el abucheo de su propia afición. Medidas como esta premian la disposición positiva, y estimulan contra el borreguismo: lo mío es lo mejor, porque sí, porque sí y porque sí, nuestra podredumbre, nuestra noria particular.
http://www.diariosur.es/v/20111109/opinion/noria-particular-20111109.html
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