Pablo y sus cuadernos

Eloy Tizón, 0 comentarios
21/03/2014

bueno, llevaba dos meses sin escribir nada y me gustaría excusarme debidamente, decir que me han cortado una pierna y me costaba llegar hasta el estudio, o que uno de los tornados que asoló Oklahoma el año pasado asoló también mi estudio, o que no tengo estudio, que escribo en la cama, y que a mi mujer le molesta que yo teclee mientras ella trata de dormir, o que es ella la que escribe aquí pero me ha dejado, o que le han cortado la pierna y ahora prefiere no escribir porque no se encuentra (la pierna), o decir que he estado en Oklahoma (¡¡es verdad!!) pero no me han asolado. O no decir nada (¿borro entonces todo lo que he dicho?). O no decir nada ...más.
Nada más de eso, del tiempo. Voy a hablar de un sexto sentido que me atosiga (prefiero ser atosigado a ser asolado, prefiero también ser autopsiado a ser torturado). He vuelto a leer a Eloy Tizón. Había leído "Labia" y, todavía antes, su libro de relatos "La velocidad de los jardines", del que casi sólo recuerdo que me encantó. Así que al enterarme de la publicación de su nuevo libro de relatos he decidido descargármelo ilegalmente de inmediato. Noooo. Ir a una librería y pedir un cuarto de jamón cocido en lonchas finitas, por favor, y "Técnicas de iluminación", de Eloy Tizón (ahora que lo pienso debería haber ido a una ferretería, con ese nombre).
Me ha gustado tanto que he hecho algo a lo que no estoy acostumbrado: volver atrás con el único objetivo de que no se acabase el libro, recrearme en las imágenes, convertirme en una pintora pelirroja y amante. Y cuando uno de los últimos magnóficos cuentos estaba a punto de terminar volvía atrás y estaba a punto de empezar. Pero el final fue llegando y me esperaba la muerte de un niño. POr eso lo del sexto sentido. No quería llegar a la muerte de un niño, por eso tal vez volvía atrás.
Eloy Tizón es mi amigo (no es verdad, pero podría decirlo y todos lo creerían, menos él, incluso él tal vez pensase que podría ser, a lo mejor soy aquel tipo que conoció en Nápoles u Oklahoma). Bueno, Eloy Tizón tal vez sea mi amigo dentro de unos años, incluso unas décadas (ambos somos jóvenes) y ha escrito un libro magnífico que me ha permitido ser una pintora pelirroja con mala suerte. Un libro que recomiendo.
Eloy Tizón,
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